"Dejé mi trabajo en Google para escribir sobre Japón y ahora vivo de ello"

Si buscas en Google «Viajar a Japón», después de unos cuantos anuncios de empresas de hoteles y aerolíneas, el primer resultado es de un blog llamado Japonismo. Entras en él, lees los consejos, pulsas en su icono y descubres una enorme cantidad de contenido relacionado con Japón, desde recetas de cocina y lugares que visitar hasta guías prácticas para viajar a casi cualquier rincón del país nipón o artículos sobre cómo comportarse en un onsen. Si en Japón hay algo, se hace algo o se puede comer algo, con total seguridad estará en Japonismo.

Este blog tan especializado que la Embajada de Japón en España no duda en citar de vez en cuando en su perfil de Twitter no se gestiona desde Kyoto u Ōkawa, ni tiene a un enorme equipo de corresponsales en Japón. Este blog se gestiona desde un piso en Málaga compartido por Luis Rodríguez y Laura Tomàs, un matrimonio que tiene en común la misma pasión por Japón. En Xataka hemos tenido ocasión de visitar las «oficinas» de Japonismo para hablar con Luis Rodríguez, que no solo se encarga de escribir y hacer fotos en Japón, sino que tiene una peculiar historia a sus espaldas: trabajó en Google.

Un nombre en japonés que despierta una pasión

Luis nos recibe en la estación de tren de María Zambrano, en Málaga, y nos lleva a su cuartel general, no sin antes hacer una breve parada para disfrutar de uno de los grandes manjares de la gastronomía española: los churros con chocolate. Es una persona afable, cercana y a la que le encanta hablar de su trabajo y de su pasión: Japón. Es algo que se nota y que es capaz de transmitir con solo diez minutos de conversación.

Luis es ingeniero de telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid, la ciudad que lo vio nacer. Nos cuenta que fue en tercero de carrera cuando le vino la pasión por Japón, y lo tiene grabado a fuego porque es una de las preguntas que todo el mundo le hace. «En mi caso, recuerdo que estaba hablando con una amiga en la universidad y me dijo que una amiga japonesa le había enseñado a escribir su nombre en japonés. Me resultó tan curioso que esa misma tarde, cuando me fui para casa, me paré en el FNAC a comprarme un libro sobre japonés y encontré uno llamado ‘Kanji: la escritura japonesa’ que te explicaba todo y dije «Esto mola», y a partir de ahí me fui metiendo más y más».

Consulta aquí la noticia completa de Xataka.

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